octubre 02, 2023

Te Quiero Con Bugalú

El bugalú es muy sabroso. No sé, supongo que será la cadencia como lentica y juguetona lo que hace que a uno le de esa sensación de sabrosura cuando lo escucha.

Como yo soy como el internet explorer y llego tarde a todas las modas, apenas en estos días me puse a escuchar la música de iLe.

Me llamó mucho la atención esta canción (de 2016):

ILe - Te Quiero Con Bugalú

i. El ritmo

Ya al principio hablamos de la sabrosidad del bugalú. Cuando suena una canción de este ritmo, inmediatamente a una le dan ganas de bailar y de saltar y de moverse.  

Resulta que el bugalú surgió en los sesenta, al mezclar el boogie woogie de los treinta con ritmos latinos. 

Este es como el papá del boogie woogie: 

Pinetop's Boogie Woogie de 1928

Lo que querían hacer en ese momento era volver el blues más bailable. Y pues evidentemente, con el boogie woogie lo lograron.

Luego, en los sesenta, Joe Cuba y todos esos señores de la salsa neoyorkina, se inventaron el bugalú. Ejemplos de bugalús, pues hay muchos y muy buenos: Bang Bang, Micaela, I like it like that, El Ratón, El Pito, etecé etecé watusi etecé.

Y bueno: al mezclar un blues bailable con latin jazz y con salsa de Harlem, se obtiene un ritmo que, al escucharlo, es menester danzar como si no hubiere un mañana. 


ii. La letra

Las cosas que a una le gustan, son aquellas con las que se conecta, con las que se identifica, en las que se siente representada.  Por eso me gusta mucho ver las cosas narradas por mujeres, cuando lo hacen con toda su raridad y su descompostura, sin estar tratando de agradar a otros, y sin estar recriminándose cuando se encuentran tratando de agradar a otros. En esta canción, iLe habla del deseo femenino, así bien directo, sin bobadas, sin disimulos, sin ponerse en el papel de señorita que se tiene que hacer desear, sino en el de la mujer deseante que sabe qué quiere y cómo, y dónde y con quién.  

Las mujeres hemos tenido una relación complicada con el placer y el deseo. O al menos yo. O al menos  yo y todas las mujeres que conozco y, según he leído, bastanticas de más atrás. Entonces escuchar y ver a una muchacha que, con una voz muy chévere, va diciendo lo que quiere (y sobre todo, lo que no quiere, que es encartarse con él todo el día todos los días, probablemente -creo yo- por todas las implicaciones en tiempo, carga mental y energía vital que tienen la convivencia y las tareas de cuidado en las mujeres), es bastante esperanzador y de cierta manera, liberador. 

A las mujeres nos han enseñado que lo más importante en la vida es el amor de un hombre, un príncipe que nos va a rescatar de todo lo malo.  Severa estrellada la que se pega uno cuando llega a la vida real, donde no hay príncipes azules mágicos sino unos seres, socializados de manera muy diferente a nosotras, que usualmente tienen muchas dificultades para la resolución de conflictos de manera civilizada.  Que no van a rescatar a nadie de nada, ni tienen por qué hacerlo. Que una no es una doncella indefensa que necesita que la rescaten.  Que el amor de un hombre es solo uno de todos los amores que uno tiene en la vida. Que la vida no está hecha solo de amores, sino de muchísimas otras cosas.  Eso para mí ha sido importante poner en perspectiva: la vida está compuesta por muchas, muchas, muchas cosas, y el amor de un hombre (pareja) es solo una de ellas.  

Resumen: ya era hora de que el mundo se viera desde el female gaze.


iii. El video

Ese video es bello, bello. ¿Lo vieron al principio? Muestra a una señora y a un señor, viejitos, bailando. En la letra, iLe habla de manera directa sobre el deseo femenino. Ahora, con el video, le agrega otra dimensión importante en el tema del deseo femenino: la edad.

Otra vez iLe me da esperanza y fuerza, al mostrar que el deseo femenino no es malo, y que no tiene caducidad; continúa acompañándonos a nosotras a medida que vamos siendo mayores. Y eso sigue estando bien.

No sé cuándo empezaría la represión del deseo femenino y los juicios negativos sobre éste.  Yo creo que esto debe ser relativamente reciente (o sea, hace unos pocos miles de años, que es muy poquito comparado con los cuatro millones de años de antigüedad del australopithecus), porque durante la evolución de los homínidos, el deseo de las mujeres sí jugaba un papel muy importante, y por eso actualmente las mujeres tenemos orgasmos aunque no los necesitemos para reproducirnos.  El argumento no es mío, sino de unos gringos que publicaron este artículo en el Journal of Experimental Zoology en el 2016. Maldita sea la hora en que empezó la represión, pero bueno, ahí ya nos vamos dando cuenta y tratando de liberar de esas vainas.


iv. Versión con Tokyo Ska Paradise Orchestra

Observad y escuchad:


iLe y Tokyo Ska Paradise Orchestra - Te Quiero Con Bugalú

El bugalú y el ska surgieron como por la misma época, en los sesenta.  Y los dos para bailar: qué cosas.  Esta versión skasuda de Te Quiero Con Bugalú suena buenísimo.

Puntos importantes:

-De ese video, me gusta cuando iLe se pasea por todos los señores tokiotas.  Me parece que baila muy rico y que hay unos señores bastante guapos. 

-La cultura japonesa es MUY machista.  Roles de género muy rígidos y definidos.  También me parece que tienen muy marcado el complejo Virgen - prostituta. Eso me parece tan horrible.

-Los puertorriqueños y los japoneses se complementan en un sentido muy bello: los puertorriqueños no pueden pronunciar la ere y la dicen como ele, y los japoneses no pueden pronunciar la ele y la dicen como ere.

-Pobres señores de la Tokio Ska Paradise Orchestra: les debió costar mucho pronunciar la ele de bugalú. 


FIN.




julio 23, 2023

Cayendo

 Hace una hora estaba todo bien, todo chévere, bonito y tranquilo.  

Ya no.

Lo que sucede es que cuando estoy con él, cualquier palabra es susceptible de ser la equivocada. Una mirada puede ser la debacle, si está dirigida al punto incorrecto (y cualquier punto es susceptible de ser el incorrecto).

Hace una hora estaba todo bien, todo chévere, bonito y tranquilo.  

Ya no.

Un patrón similar se repite a lo largo del día, todos los días, desde hace mucho tiempo. Pero ese patrón de altos y bajos no tiene una regularidad en el tiempo, y las respuestas correctas él siempre las está cambiando, entonces es muy difícil atinar. 

Esas subidas y bajadas permanentes (montaña rusa emocional, le dicen) las describe perfectamente Alicia Keys en Fallin':

Fallin' - Alicia Keys

Amo que en esta canción, el compás y la progresión de acordes acompañan los altos y bajos, los "falling in and out of love" que describe la letra.

Esta versión de Fallin' del NPR Tiny Desk Concert me encanta por estas razones:

    -Primera razón y más importante: la pareja de coristas. Es increíble lo bien que suenan juntas esas voces. 

    -Segunda razón: las improvisaciones. Amo cómo los músicos llegan a entender tanto una canción que pueden continuarla, extenderla y modificarla a su antojo, conservando el hilo, la médula, el corazón de esa canción, y todo con una gracia que les sale a todos natural, como si fuera algo super fácil de hacer.

Eso era todo.

Ya estoy bien :)



julio 20, 2023

La lágrima. El doctor Casa. El ataque masivo.

 


Últimamente estoy necesitando mucha calma.  Estoy en un punto muy cercano al límite, al umbral, a la frontera, y se puede sobrepasar ese límite con cualquier cosita. Así que, definitivamente, necesito calma.

Se supone que uno se tranquiliza al escuchar durante un rato latidos del corazón. Eso leí alguna vez, creo.  Y que por eso era que los bebés se dormían en el pecho de uno, y que por eso era que se calmaban cuando una les daba unas palmaditas pequeñas a intervalos regulares de tiempo.

Mi cerebro definitivamente estaba necesitando escuchar latidos del corazón. Y así como a veces uno tiene antojos de comida muy específicos porque es el cuerpo diciéndole dónde encuentra el nutriente o el mineral o la molécula que necesita, el cerebro mío necesitaba escuchar Teardrop de Massive Attack:

Teardrop - Massive Attack

Apuesto plata a que la composición de la canción y la planeación del videoclip fueron simultáneas. Porque es que esa base rítmica lo transporta a uno al útero de la mamá, prácticamente. 

En fin. 

Qué maravilla que hayan escogido esa genialidad de canción para abrir la genialidad de serie que es Dr House. Es que, en serio, es el opening perfecto para esa serie.  Ahí es cuando yo digo que sí existen las almas gemelas, pero no como uno se las imagina.

Sigo buscando auto - confortarme. Yo me imagino así este proceso de auto-confort: el cerebro empieza a lanzar como unos lacitos de electricidad a ver en qué parte encuentra un recuerdo que genere calma y tranquilidad. 

Y bueno, los lacitos de electricidad capturaron los dos siguientes recuerdos reconfortantes:

    -2004, camiseta blanca de Tennis, jean botarrecta, tenis blancos, mientras en la TV hay alguna serie repetida, máxima preocupación: los parciales de química del agua II. 

-Doctor Wilson: lo amé, lo amo y lo amaré por siempre.





marzo 11, 2022

Vacíos

 

Dicen que uno come así (tanto) como una manera de liberar tensión.  Como un mecanismo para lidiar con emociones complicadas, que uno no sabe bien cómo procesar.

 

Yo no me siento bien, no me siento bien otra vez en esta situación de estar gastando tanta energía en la comida, en pensar qué debo comer y qué no, en pensar qué antojos tengo, que me estoy engordando cada vez más, que no me sirve la ropa, pero que no importa porque me amo, pero sí importa porque a ratos no me amo.

 

Yo no quiero estar así más.  Estoy cansada, cansada, muy cansada.  Todo me cansa: tomar decisiones, así sean sencillas, como definir qué marca de café debo comprar.  Me cansa estar pendiente de pagar cuentas, y pagarlas. Me cansa estar pendiente de tareas, tareítas, tareotas, enviar un correo, recordar que no he colgado un cuadro, ir por un clavo para colgar el cuadro y ver que todos los clavos, puntillas y tornillos están mezclados y desordenados, tratar de ordenarlos, ordenarlos y ver que el caos general no disminuyó. Me agota pensar. Me agota saber que mi vida es una sucesión aparentemente infinita de pendientes y pendientes. Estoy tan cansada. Cotizar, llamar, apuntar, tratar de recordar bien dónde apunté las cosas, recoger, ir, volver, traer, comprar, ordenar, anotar, tachar de la lista. Tener que ser de cierta manera.  Tener que, deber, hacer, producir, y también descansar bien, porque para poder producir bien hay que descansar bien. Skincare, autocuidado, comer ensalada, comer bien, porque comer bien es importante para estar bien.  Me agota todo, todo. Solamente me quisiera como apagar un momentico.

 

Me agobia tener que acordarme de tomar pastillas para estar bien.  Me entristece no poder decirlo con tranquilidad, porque puede ser mal tomado, porque en alguna situación adversa este hecho pueda ponerse en mi contra.  Me alegra saber que, con todo esto, igual soy querida y aceptada por mi familia y que no todas las personas cuentan con esa fortuna, pero entonces me agobia saber que existe esa desigualdad.

 

Yo no sé muy bien cuál es la emoción o sentimiento que tengo que “procesar bien” para no estar más así. O no sé si estar así está bien y ya, y así es la vida.  Sino que antes no había tanta comida para que la gente tratara de llenar sus vacíos. Otros los llenan con otras cosas.  Otros no tienen vacíos.  No sé.

 

Yo solo sé que entiendo perfectamente a León de Greiff cuando quería cambiar su vida “por dos huequecillos minúsculos - en las sienes- por donde se me fugue, en gríseas podres, toda la hartura, todo el fastidio, todo el horror que almaceno en mis odres…!”.

 

 

abril 01, 2021

Leila


♪ ♫ Leila, cuándo vas a volver? Ven hoy ♪ ♫

Miami Horror


Hace ocho días llegó Leila a la casa, metida dentro de una cajita de madera, casi sin plumas y con un hambre voraz.  Los pajaritos bebés son todos feítos (como casi todos los bebés, pero incluso más feos), pero a mí no me importó: yo la veía preciosa, tan pequeñita, tan vehemente para reclamar su alimento.  Sesenta gramos de psitacidad, elegancia y aerodinamia. 

Pero ayer se murió.  De un mes de edad, Leila la cacatúa se murió.  Un arranque kinestésico de alguien, la aplastó. Y minutos después, ella se murió.

Es raro: yo, a mis treinta y cinco años, nunca había visto a nada morirse. O sea, como en el momento mismo en que deja de existir la vida y se pasa al estado "muerte".  Nunca.  Sí se me han muerto seres amados, pero nunca había visto a la vida irse de un cuerpo. Definitivamente soy una persona muy afortunada para experimentar esto apenas a tan avanzada edad.

Me pareció muy duro ver la fragilidad de mi animalita, su incapacidad de mover su ala izquierda, sus pequeños graznidos secos, muy distintos a todos los que le había oído.  Su desesperación, sus ganas de seguir acá en este mundo, su dolor. Su cuellito débil, su pico tratándose de abrir lo máximo posible para que entrara aire.  Pero ella no pudo vivir más.  Ella me permitió ser testigo de cómo su vida se iba desvaneciendo, se iba apagando, se iba yendo. Hasta que cerró sus ojitos y se murió. Intentamos revivirte, pero no pudimos, porque ya no había nada que hacer. Quedó solo tu pequeño cuerpo plumudo, y la vida que lo acompañaba ya no estaba más.  A pesar de todo lo que lloramos todavía siento un taco gigante en mi garganta, un taco que no he podido sacarme desde ayer.

Mi pajarita, mi halconcita, mi pterodáctila: lo siento muchísimo.  Lo siento, sobre todo porque siempre uno vuelve estas cosas acerca de uno mismo:  MI sentimiento de culpa, MI sinsabor por no haber hecho todo lo que debí haber hecho, MI sensación de que no te cuidé lo suficiente, MI decepción de mi misma, MI vergüenza ante los demás por no haberte podido proteger mejor. Qué egoístas somos, o por lo menos, qué egoísta soy yo.  Perdóname, Leila. Perdóname por favor.

Espero que el árbol al lado del que quedaste enterrada, tome todos, todos, todos, toditos tus nutrientes. Deseo que con ellos produzca unas hermosas y fuertes ramas, donde se puedan posar muchos pajaritos, tan preciosos como tú. 

Gracias por haber existido.





abril 20, 2020

¿En la taza o en la papelera?

La única pregunta que me hacen mis amigos y familiares acerca de mi trabajo es la siguiente: dónde se debe poner el papel higiénico después de usado: ¿en el inodoro o en el basurero?.

"Qué glamuroso trabajo debe tener esta señora", pensarán ustedes.  Pues no es glamuroso pero es muy genial: soy ingeniera sanitaria, hija de la Diosa Cloacina, humilde servidora del Encantarillado*.

Algunas personas piensan (y con razón) que tener una caneca con papeles llenos de desechos corporales dentro de la casa es un poco asqueroso y sobre todo, puede ser foco de enfermedades e infecciones. Sin embargo, en Colombia la costumbre más extendida es disponer el papel higiénico de esta manera.

Bueno, ahora, para responder la pregunta, que parece simple pero no lo es tanto, hay varios factores que se deben tener en cuenta:

1. La calidad de la red interna ("cañerías") de la casa 
2. La presión del agua en la casa
3. Si la casa está conectada a un sistema de alcantarillado que luego va a un sistema de tratamiento.

Si no tienen ni idea de las respuestas a estas preguntas, o nunca siquiera se lo habían preguntado, no se preocupen:  me pueden preguntar a mí, o consultar en internet, o preguntarle a su ingeniero sanitario de confianza (jejjeejje), porque estas cosas sí hay que saberlas (les recomiendo la serie Filthy Cities, de la BBC. En este enlace pueden ver el capítulo sobre París.   Mucha gente que vive en las ciudades da por sentada la existencia de los servicios públicos, y dentro de estos, el que menos le importa a la gran mayoría de personas es el alcantarillado, porque no es algo que "llegue" a la casa como el gas o la electricidad o el agua potable, y por esto no se suele valorar este servicio adecuadamente.  En Japón, para hacer que la comunidad fuera más consciente de la existencia de este servicio público, y para generar mayor aceptación en la construcción de proyectos de este tipo, desde la década de los 80 se instó a los municipios a que hicieran sus propios diseños de tapas del alcantarillado, la única parte visible del sistema, logrando obras de arte como estas:
Tapa de manhole de Tokio, con los símbolos de la ciudad: la hoja de Gingko y la flor de cerezo

Tapa de manhole con un dibujo del castillo de Osaka

Bueno, me fui por las ramas.  Volviendo al tema de las tres preguntas previas, vamos a analizarlas:

1. La calidad del drenaje interno de la casa:  si uno vive en una casa muy vieja, o de construcción muy deficiente, y no recuerda que le hayan cambiado las tuberías (las "cañerías"), es probable que la red interna de drenaje de la vivienda esté en muy mal estado, con obstrucciones y otros problemas que se pueden ver agudizados si disponemos el papel higiénico en el inodoro. Pero en una casa de 25 años o menos, posiblemente la tubería está bien y no se tendría ningún problema con poner el papel en la taza.

2. La presión de agua en la casa: seguramente les ha tocado entrar a baños donde para vaciar cualquier cosa medianamente sólida hay que dejar presionada la palanquita del inodoro un rato y pedirle a Jesús que por los méritos de su divina infancia todo lo allí contenido se vaya por el drenaje. Esto pasa porque hay muy poca presión de agua; en este caso, tampoco sería conveniente poner el papel higiénico dentro del inodoro, pues probablemente no se formaría adecuadamente el resalto hidráulico que hace que el papel se desintegre (ver la página 56 de este genial trabajo de grado).  Sin embargo, en un baño con una presión de agua normal, no habría ningún problema con evitar la acumulación de papeles usados en el basurero y disponer el papel en el sanitario.

3. Si la casa está conectada a un sistema de alcantarillado que va a un sistema de tratamiento:  Desafortunadamente, en Colombia muy pocos municipios cuentan con planta de tratamiento de aguas residuales, y por esto, la mayoría de sus aguas servidas llegan directamente a las quebradas y ríos.  Sin embargo, en ciudades como Medellín, Cali y Bogotá, sí existen sistemas de tratamiento que reciben el agua que viene por el sistema de alcantarillado y quitan la mayoría de contaminación de las aguas negras.  Estas plantas están diseñadas para tratar también el papel higiénico.   
Algo muy importante:  si uno está en una finca o una casa donde hay pozo séptico, NO SE PUEDE TIRAR EL PAPEL EN EL INODORO Y SIEMPRE HAY QUE HACERLO EN EL BASURERO, porque el sistema séptico se puede taponar con las partículas de papel.  

En resumen: en Colombia, si uno vive en la zona urbana de una ciudad con planta de tratamiento, en una casa no muy vieja, sí se puede poner el papel dentro del inodoro; si no, mejor en la papelera. O buscar una alternativa, como instalar un bidé

Hay un blog muy chévere de un chico inglés llamado Matt Kilson, que se llama "Where Do I Put The Paper?", y es una guía de dónde debe tirarse el papel higiénico en cada uno de los países del mundo. 

Ahora un punto muy importante:  en el inodoro SOLAMENTE deben ir nuestros desechos corporales y el papel higiénico.  

Hicimos un pequeño video para mostrar que hay varios materiales que uno podría pensar que son inofensivos y se pueden desechar en el inodoro, pero realmente no**. El video es este:


Así que por favor, después de ver ese video, júrenme por Cloacina bendita que nunca jamás en la vida suya ni en la de su descendencia, van a poner ni pañitos húmedos, kleenex, servilletas, condones, toallas de cocina, seda dental, residuos de barrido, copitos, tampones, pañales, extensiones de pelo (se encuentran, en serio), ni toallas higiénicas en el inodoro, ni bolitas de hidrogel (por favor ver este video y repudiar a este tipo tanto como yo lo hice) porque taponarían la red de alcantarillado, el agua sucia se saldría por dentro sus casas, agua residual que tiene Escherichia coli y coronavirus, y todos nos moriríamos y se acabaría el mundo. Bueno, claramente no, pero sí disminuirían mucho los problemas que generalmente se tienen en la red de alcantarillado, que en Medellín por lo menos, son principalmente obstrucciones causadas por paños húmedos.  


Bueno, ahora no digan que no aprendieron nada en la cuarentena.

Por su atención, muchas gracias.


NOTA IMPORTANTE: tampoco se dediquen a echar el rollo de papel higiénico completo por la taza.  Estamos hablando de un uso justo, pocos cuadritos, sobre todo ahora que los papeles son triple hoja acolchamax perritos perfumados, para que sus partes privadas sean tratadas adecuadamente.  Esto es lo que dice el patrón al respecto:  https://telemedellin.tv/papel-higienico-depositarlo/318233/

*En el 2012 estuve en un proyecto en el cual las muestras de suelos estaban marcadas con la inscripción "Proyecto Modernisasion de Encantarillado".  "Encantarillado" suena mucho mejor que "alcantarillado", realmente.

**Para ver unos experimentos mucho mejor diseñados y rigurosos, por favor remitirse a este trabajo de grado de Ximena Gómez, donde ella trata el tema muy bien. 

marzo 26, 2020

Álvara

Estamos en el año 2020, que en el calendario chino, por supuesto, es el año del murciélago

La fecha: 26 de marzo.  El día: jueves.  La ubicación: el edificio de balcones redondos, aledaño al costado occidental de la iglesia que llamaremos "Santísima Piedra Preciosa".

Eran las 6 de la tarde, y salí de mi apartamento, que queda en el quinto y último piso del edificio en que vivo, para recibir dos pedidos a domicilio que había hecho:  uno a la tienda y otro a la farmacia. 

Primero recibí el pedido de la farmacia: unas pastillas que me recetó la psiquiatra para la ansiedad, alborotada bastante por estos días*. Me quedé esperando en el primer piso, hasta que llegó el pedido de la tienda: huevos, que están escasísimos por estos días; crema de leche, cuajada, y otras cosas cero veganas que no mencionaré para que Greta no me jale las patas por la noche.


Empecé a subir los sesenta y cuatro escalones que separan el piso en el que estaba de la puerta de mi casa. Iba en el escalón número cincuenta y seis, saqué las llaves y estaba pensando en todo el protocolo de desinfección anti COVID-19 que debería disponerme a hacer, cuando miré hacia la entrada del apartamento y vi una cola moverse y luego a su dueña entera, una rata grande, peluda, gorda, tenebrosa, caminando entre la puerta de don José y la nuestra, seguramente buscando comida porque debe haber muy poca en la calle y en los negocios por todo esto de la cuarentena. A esta rata la llamaremos Álvara.

Casi casi me muero ahí en ese preciso instante.  Me asusté mucho, llamé a mi esposo que estaba dentro del apartamento para informarle la situación y buscando soporte emocional, él le empezó a dar golpes a la puerta a ver si la rata se asustaba, pero fui yo quien se asustó y salí corriendo por las escaleras hacia el primer piso. 


A ver, hay que aclarar varios puntos:

1. Yo trabajo con alcantarillados; si abro la tapa de una cámara de inspección, pues espero encontrarme hasta al maestro Splinter, y no tengo problema con eso, porque yo ya sé que las ratas van a estar ahí, no me sorprende que aparezcan y estoy preparada.
2. Pasé muchas noches de sábado y domingo de mi vida en el Parque del Poblado, por lo cual también estoy familiarizada con estos roedores mutantes.
3. Estudié siete años en la UdeA, me tocó muchas veces ver ratas gordas gigantes corriendo por Barranquilla o en general por cualquier parte del alma mater.

Sin embargo, uno no espera llegar a su apartamento en un quinto piso, y ver una rata gigante en la puerta. 

En fin, mi esposo me siguió hablando por teléfono, que estuviera tranquila, que me iba a tirar las botas pantaneras por el balcón para que me las pusiera (porque yo estaba de chanclas) y así Álvara la rata no me ruñera los deditos de los pies y no me pegara la peste bubónica. Me lanzó las botas, sonó durísimo, las recogí, salió la vecina del primer piso a ver qué había sido el ruido, le conté de la rata, de las botas, con risa nerviosa, y muy valientemente subí con mis paquetes a enfrentarme a Alvarita para poder entrar a mi casa.

En la entrada estaba mi esposo con una escoba y un cepillo de piso, para sacar a Alvi por si intentaba ingresar a la casa cuando abrieran la puerta. Detrás de él estaba mi hijo, con botas pantaneras también.  Yo invoqué el espíritu de Caterine Ibargüen para que me diera fuerza y agilidad para saltar mucho y entrar a la casa, y finalmente lo logré.  Entré.  Yo estaba viva.  Desafortunadamente para mí pero afortunadamente para la comunidad animalista, la rata también.

Hice el protocolo de quitada de ropa virusienta, ultralavado  de manos, desinfectada de todo lo que había tocado.  Empecé a desempacar lo que había comprado, cuando me di cuenta de que había dejado las pastillas en el primer piso.  O sea, las pastillas para la ansiedad.  ¿En qué momento estas pastillas son más necesarias que después de haber sido prácticamente mordido y pestenegriado por una rata miedosa?

Así que con mi esposo, Giorgio, decidimos bajar por las pastillas. El hijo se quedó en el apartamento, protegido, con sus botas.  Giorgio tenía la escoba, yo el cepillo de piso.  La rata estaba en el escalón número 56, desde donde minutos antes yo con terror la había observado.  Le tiramos a los lados unos ladrillitos pequeños de esos como de maqueta, que era lo que teníamos a mano,  para ver si se movía, y pues casi que no se mueve, porque parece que Alvarita no tiene lo que llaman temor de Dios.  Al fin se movió y salió corriendo hacia abajo.  Giorgio y yo continuábamos nuestro descenso por las escaleras, lentamente, con mucha precaución, y con una dificultad adicional: los bombillos de mi edificio son de esos que solo se prenden cuando uno pasa cerquita de ellos, entonces teníamos que hacer acrobacias para poder hacer que se encendieran de manera que fuera seguro para nosotros y no tener un encuentro sorpresivo con Alvaringa.  Es de anotar que, afortunadamente para nosotros y para ella, no nos volvimos a encontrar.

Llegamos al primer piso, corrí hasta donde supuse que había dejado las pastillas, las recogí, subimos muy rápidamente, cerramos la casa, yo me bañé, y posteriormente le escrituré la casa a la rata. Bueno, mentiras, eso no, pero sí echamos cloro en la entrada como por echar alguna cosa, le avisamos a la administradora de la existencia de Alvary, se asustó mucho ella también, y pues ya, ahí vamos, viendo cómo nos adaptamos a vivir con Alvarita la nueva integrante del edificio, creo que hasta se va a postular para el comité de convivencia y todo.


Fin



*Tener ansiedad, depresión, cualquier enfermedad de la mente, es algo normal.  Como dice Ana María Mesa en esta preciosa entrada de su blog, "qué necesario decir, repetir e insistir en que estas cosas son completamente normales, frecuentes, tratables y que uno no es solamente ese diagnóstico".
"estas enfermedades significan, más que todo, un cambio en el estilo de vida: no mezclarle trago o drogas, dormir por lo menos ocho horas, alimentarse bien, hacer ejercicio, meditar, tratar de estar aquietado. Es decir, lo mismo que le mandan a un infartado. Lo mismo que le mandan a un diabético. Lo mismo que los médicos le recomiendan a cualquiera, porque el estilo de vida influye tremendamente sobre todas esas cosas. ¿Si ven? Como tantas cosas. Muy normal".