julio 21, 2013

Más Youtube y menos prozac


A los problemas dígales: 
¡no me importa!
Luthiers, Les.  1996


¿Qué sería de nosotros, los estrato tresymedio, que tenemos todas las necesidades básicas satisfechas, pero que no somos tan pudientes como para sufrir por la declaración de renta o por vivir bajo amenazas de secuestro,  sin las penas de amor? ¡Qué vida aburrida sería la nuestra! Nuestras disyuntivas serían sosísimas: ¿compro pan integral normal o del que tiene nueces y cereales?  ¿Bandeau o halter?  ¿Leo primero a Daniel Samper Ospina o a Héctor Abad Faciolince, a ver cuál me saca la piedra más rápido?.
Además, ¿cómo sabría uno que no está muerto en vida, si no pasa por lo menos una o dos horitas desvelado, llorando, abrazando un peluchito, o sufriendo mientras entra el viento por la ventana, porque a él le encantaba que nos cubriera esa brisa salvaje mientras veíamos la tele?

Pero hay que seguir viviendo.

Se pueden emprender muchas terapias para reencontrarse con uno mismo y para curar un poquito las heridas del alma.  Con muchas de ellas, la gente se vuelve toda súper positiva y con pensamiento óptimo caribe sempiterno. Lo malo no es eso, sino su necesidad de restregarle en la cara su superación personal al resto de mortales, que vibran en un nivel más bajo de conciencia. Nos miran con sus ojos de trabados con Okay y con su superioridad moral de profesores de yoga.   Pero no importa, porque nosotros los mortales, la gente común, que ríe y llora porque a cada cual le llega su hora, tenemos las verdaderas terapias alternativas.

Las mías son estas:











Oír música feliz, ayuda.  Nada de Radiohead ni Darío Gómez.  Eso solo lo hunde a uno más en el abismo.    Ver videos tiernos de animales bebés en Youtube, también ayuda. Y no lo digo yo, lo dicen los japos:  http://www.biobiochile.cl/2012/10/02/estudio-postula-que-ver-imagenes-tiernas-de-animales-mejora-la-concentracion.shtml  (no sé si realmente mejora la concentración, pero por lo menos uno saca la ira del corazón mientras ve pandas bebés jugando en la nieve).

Bueh.

Sobreviviremos. 

Esto también pasará.






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