septiembre 16, 2011

Paseíllo breve

Historia de una tórtola en
el Metro

Después de jornalear todo el día, en el imperio al cual desde hace dos años le alquilé mi alma, cumpliendo la importante misión de dotar la ciudad de tubos que recojan el agua sucia, me fui para la Fiesta del Libro.

Caminé hasta el metro, y el vagón en que iba tenía pegados unos poemas de Epifanio Mejía.  "Estos costumbristas", pensé.  En general, no me gusta la poesía, y mucho menos con ese "toque" costumbrista que tantas veces se me hace insoportable.




Lástima, Daniel, lástima tu engendro Ramoncito.

Llegué al Jardín Botánico y me encontré en la entrada con un montón de fotos de escritores latinoamericanos.  Había una de Daniel Samper Pizano, que siempre me ha gustado mucho como escribe, y me cae la mar de bien.


Desafortunadamente, todos en la vida cometemos errores: el de Samper Pizano fue tener un hijo tan babotas e insoportable como Daniel Samper Ospina.



El montaje sobre Rafael Pombo en la Fiesta del Libro.
Hermoso.
Luego vi un montaje muy bonito sobre la vida y obra de Rafael Pombo.  Estaba Michín, vuelto pateta ya; la pobre viejecita, surtida en carnes y sentada en su cómoda poltrona, renegaba sobre la canasta familiar y el nuevo método de medición de la pobreza; Pastorcita, con hilo y aguja en mano, le pegaba las colas a sus ovejitas, y Rinrín Renacuajo, como buen sapo, estaba ahí parado con cara sonriente haciendo gestos de cortesía a todo el que pasara.




Vecinos buena onda :)



Me fui para la muestra comercial, y ahí me di cuenta de que sigo siendo muy muy tímida.

Me dio pena preguntarle cosas a la gente de Los Libros de Juan, que son vecinos de barrio y todo, y a los de Palinuro tampoco pude.  Pero bueno, hablé un ratico con los vecinos de Vivapalabra que me dejaron tomarles una fotico y me invitaron para que fuera algún día a visitarlos.

Qué mala onda yo, viviendo hace ocho años a veinte metros de ellos y nunca he entrado a una función. Prometo que lo haré.







Para que tengan una referencia de escala: ese es mi dedo
meñique
Como yo amo con loca pasión las cosas mañés (yo no me creo tan refinada como para decir "kitsch"), estuve mirando el stand de Los Libros Más Pequeños Del Mundo.  Son realmente pequeños. Y mañés.  Por eso los amé.  Entre las dos manos me cabía una variedad inimaginable de libros:  estaba Otelo, El Principito, recopilaciones de chistes, El Arte de la Guerra de Sun Tzu, libros de recetas de cocina, vainas de mensajes de los ángeles y esas cosas new age dementes, un libro sobre el Che Guevara y hasta el Kamasutra.




Muy bueno el conversatorio, pero esa platanilla en la mitad
me tenía altamente estresada.



Fui a un conversatorio con Santiago Gamboa y otros dos señores.  Era sobre escritores que le daban una gran importancia a los viajes en sus obras.  Hablaron de lo que representaba trasladarse de un lugar a otro en esa búsqueda de sentidos y de respuestas, y de que ese viaje continuo, ese movimiento constante, es la esencia de la vida.







Luego comí arepa de queso con leche condensada.  Manjar exquisito de las calles medellinenses (no sé si de otras partes del país de la Sagrada Víscera, supongo que también).  Creo que ahí se disminuyó mi esperanza de vida en unos 5 años, dada esa altísima ingesta de grasas ultramegasaturadas y puercas.


Los gemelos cuenteros estaban de cumpleaños
Llegué como a las nueve y media al salón  Humboldt, y estaban los chicos de la Corporación Arca de N.O.E, José Ricardo y Juan Diego Alzate, presentando un paralelo muy chévere entre "El soldado y la muerte", una historia rusa, y "En la diestra de Dios Padre", de Tomás Carrasquilla.  "Estos costumbristas", volví a pensar, pero esta vez de una manera no despectiva (la verdad, don Epifanio Mejía me cae un poco mal, pero mister Carrasquilla sí me cae en gracia).



Quino, maldito genio. Lo amo.


Fue una noche bonita. Paseé mucho por ahí, y vi muchísima gente. Me alegró bastante eso: que haya una asistencia tan importante a la Fiesta.  Hasta el momento no tengo ningún libro, pero ya tengo mirado por ahí un stand donde está Mafalda completa y otro donde tienen cosas del Negro Fontanarrosa.  Estaré presta a gastarme el jornal en esas dos partes.

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