Historia de una tórtola en el Metro |
Después de jornalear todo el día, en el imperio al cual desde hace dos años le alquilé mi alma, cumpliendo la importante misión de dotar la ciudad de tubos que recojan el agua sucia, me fui para la Fiesta del Libro.
Caminé hasta el metro, y el vagón en que iba tenía pegados unos poemas de Epifanio Mejía. "Estos costumbristas", pensé. En general, no me gusta la poesía, y mucho menos con ese "toque" costumbrista que tantas veces se me hace insoportable.
Lástima, Daniel, lástima tu engendro Ramoncito. |
Llegué al Jardín Botánico y me encontré en la entrada con un montón de fotos de escritores latinoamericanos. Había una de Daniel Samper Pizano, que siempre me ha gustado mucho como escribe, y me cae la mar de bien.
Desafortunadamente, todos en la vida cometemos errores: el de Samper Pizano fue tener un hijo tan babotas e insoportable como Daniel Samper Ospina.
El montaje sobre Rafael Pombo en la Fiesta del Libro. Hermoso. |
Vecinos buena onda :) |
Me fui para la muestra comercial, y ahí me di cuenta de que sigo siendo muy muy tímida.
Me dio pena preguntarle cosas a la gente de Los Libros de Juan, que son vecinos de barrio y todo, y a los de Palinuro tampoco pude. Pero bueno, hablé un ratico con los vecinos de Vivapalabra que me dejaron tomarles una fotico y me invitaron para que fuera algún día a visitarlos.
Qué mala onda yo, viviendo hace ocho años a veinte metros de ellos y nunca he entrado a una función. Prometo que lo haré.
Para que tengan una referencia de escala: ese es mi dedo meñique |
Muy bueno el conversatorio, pero esa platanilla en la mitad me tenía altamente estresada. |
Fui a un conversatorio con Santiago Gamboa y otros dos señores. Era sobre escritores que le daban una gran importancia a los viajes en sus obras. Hablaron de lo que representaba trasladarse de un lugar a otro en esa búsqueda de sentidos y de respuestas, y de que ese viaje continuo, ese movimiento constante, es la esencia de la vida.
Luego comí arepa de queso con leche condensada. Manjar exquisito de las calles medellinenses (no sé si de otras partes del país de la Sagrada Víscera, supongo que también). Creo que ahí se disminuyó mi esperanza de vida en unos 5 años, dada esa altísima ingesta de grasas ultramegasaturadas y puercas.
Los gemelos cuenteros estaban de cumpleaños |
Quino, maldito genio. Lo amo. |
Fue una noche bonita. Paseé mucho por ahí, y vi muchísima gente. Me alegró bastante eso: que haya una asistencia tan importante a la Fiesta. Hasta el momento no tengo ningún libro, pero ya tengo mirado por ahí un stand donde está Mafalda completa y otro donde tienen cosas del Negro Fontanarrosa. Estaré presta a gastarme el jornal en esas dos partes.
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gritos vagabundos